Buscar este blog

miércoles, 20 de abril de 2011

malos tiempos para la lírica



Hoy, son malos tiempos para expresar el amor. Ya ni triunfan las canciones románticas, como hace unas décadas, quizás porque la sociedad ha cambiado, se ha hecho fría ante los gestos de ese buen sentimiento, llegando incluso a calificar como empalagosa cualquier frase o acto que sepa expresar la esencia del amor verdadero.

Malos tiempos para mostrarte como eres, aunque en el fondo de nuestro alma haya una buena persona, dispuesta a amar y ayudar al prójimo, pero que el vertiginoso ritmo de vida que llevamos, hace que esa buena voluntad se anule; en el fondo nos da miedo dar rienda suelta a los sentimientos, quizás en respuesta a los vapuleos que nos va dando la vida, en forma de desengaños u otros.

Hasta hace bien poco, un poeta era un artista respetado y admirado por la sociedad en general. Hoy, un poeta es considerado poco menos que un blandengue fantasioso y anacrónico. Un rara avis, o lo que viene a llamarse un "bicho raro". Malos tiempos para el poeta.

Al cine le ocurre lo mismo. Malos tiempos para asistir a una sesión de cine cuya trama sea amorosa, que hace si eres varón, tenerte en el punto de mira de bichos homófobos, jaja... alguno queda. Dicho lo anterior, se hace latente que el machismo sigue en boga, aunque habéis avanzado un montón vosotras, y yo como tantos hombres, nos alegramos por ello.

Malos tiempos para agradecer y disculparse, porque pensamos que denota debilidad; y nada más lejos de la realidad:  los grandes guerreros siempre han agradecido y se han disculpado ante los errores cometidos, y eso les hizo más grandes e indestructibles. La nobleza no está reñida con la fortaleza, y cualquier mente pensante lo entiende, sin ambages, porque es así.

De los malos tiempos para comprar vivienda o buscar trabajo, de eso hablamos otro día, que se me acabó el tiempo, el mal tiempo o los malos tiempos, para expresar mis sentimientos. Malos tiempos para mi lírica... Un saludo.


lunes, 18 de abril de 2011

lo que faltaba





El próximo Jueves Santo, se planeaba una manifestación en contra de símbologías propias de la religión católica. Por lo visto, no han recibido el aprobado por parte de la autoridad competente, y bien que me parece, porque ante todo, considero las procesiones de estas fechas como patrimonio cultural e histórico de nuestra patria.

Manifestarse en contra de la religion católica... ya lo que nos faltaba para la colección de estupideces, en una España hundida, fragmentada y con un oscuro porvenir, con un veinte por ciento de desempleo y subiendo, con una invasión de peligrosos criminales y mafiosos venidos de todos los rincones del planeta (que no se me malinterprete, que hoy se tergiversa todo), con un terrorismo acrecentado ante la asquerosa parsimonia de esta clase política, y la Ley Sharia ganando terreno...
Más nos valdría manifestarnos por cosas más importantes, pero no; ¿qué mejor que defenestrar a la religión católica, cuando no se tiene nada mejor que hacer?

Si es que... lo que no pase en esta Ejpaña y olé...

El burka es un símbolo religioso, pero queda indecorosa y políticamente incorrecta su prohibición en paises tradicionalmente católicos, no así el acoso y derribo al crucifijo, tan en boga en estos tiempos de incertidumbre. Lo afirmo porque ultimamente observo nerviosos a muchos ateos.

Señores ateos: ¡relájense y disfruten!

Soy ateo hasta la médula, no creo en dioses hasta que se me demuestre lo contrario. No me creo las historietas que me contaron de niño. No me las creí ni en aquella época: que si no sé quien abrio el mar, que si un tal Noe tenia un arca llena de especies, que si con cuatro tristes peces comieron no sé cuanta tropa...  ¡no me creo nada!, pero en ningún caso me molesta la presencia de un icono religioso tradicional; de hecho, admiro la riqueza patrimonial que albergan iglesias y catedrales, y valoro la acción social que ejerce, en organizaciones serias como Cáritas Internacionalis. Conozco a muchas personas afines a esas creencias y no pasa nada, no se comen a nadie, aún no compartiendo su ideología; pero lo que yo piense es lo de menos, y se reduce tal pensamiento a un concepto básico:

Respeto

A mi me parece que estamos sacando todo de quicio. Vemos como el pais hace aguas y tampoco pasa nada, ninguno movemos un dedo. Nos hemos aburguesado, acartonado mejor dicho, y eso los políticos lo saben, con las consecuencias que todos conocemos. Pero es mejor dar la matraca con temas banales, que no llevan a ninguna parte, manifestarnos por estupideces, y no por lo verdaderamente importante.

¿No creen en la religión? me parece perfecto; pero dejen en paz a quien tiene el derecho a creer. Sean tolerantes, que no se les llene la boca de esa palabra tan de moda; pero por favor... que no sea de boquilla. Gracias.


Carlos Gaona

lunes, 11 de abril de 2011

el declive



No hay motivos para engañarse. Si bien es cierto que envejecemos más tarde que nuestros antepasados, no quita peso para reconocer, que a partir de los cuarenta, empieza realmente el declive en la vida de un ser humano. Cierto es que avanza lentamente, pero hay que ser realistas: el reloj vuela y comenzamos a marchitarnos, como una planta a la que se le acaba el ciclo de flora. Hoy abro los ojos y veo que ya soy un hombre maduro, cuando me parece que el otro día era un chiquillo, con menos canas y más pelo.

Lo dice alguna fotografía, yo no...

Las arrugas avanzan a gran velocidad, como queriéndose apoderar del rostro, impacientes ellas, y demasiado hijas de puta para ser sólo arrugas.
Cuando eres joven piensas que siempre serás así, que envejecen los demás menos tú, jijijij
¡Menudo abrazafarolas estaba hecho yo!.

Supongo que la mente intenta ocultar lo que nos espera después, para no amargarnos mucho el crecimiento, porque tiene que ser deprimente, sobre todo para un joven, el saber que algún día, y con mucha suerte, tendrá aquel aspecto de irrevocable ancianidad. Vamos, que casi me deprimo hasta yo, que ya voy cuesta abajo y sin frenos, por el tobogán de la vida... bueno, no hay que exagerar, que aún me queda media pila y encima son alcalinas.

Pensándolo bien, lo mejor es vivir el momento e ir envejeciendo con dignidad, sin pensar demasiado en los problemas de la edad, porque realmente es un problema la degeneración mental y física a la que hemos de enfrentarnos, sin evasiva posible. Por todo ello, no viene mal empezar a cuidarnos un poco, ralentizando así los efectos devastadores de la edad, haciendo ejercicio moderado, alimentándonos correctamente y sobre todo, adoptar una actitud positiva ante la vida, que ya sabemos viene cargada de fatalidades, pero también de situaciones maravillosas, y en esas es donde hemos de poner nuestra atención. Las cosas malas pasarán, igual que pasa la vida, que te lleva inexorablemente al principio de tu fin. Y reitero lo del principio de tu fin, porque dicen las malas lenguas que hay vida después de la muerte, que te reencarnarás en príncipe o mendigo, y los más atrevidos afirman que hasta en una coliflor ¿Será cierto?. Yo querría reencarnarme en un Borbón para tener pasta sin dar palo al agua que sostiene algún yate, ¿Y tú?

En cualquier caso disfruta de esta vida, que es corta...  y a veces muy cabrona.




Carlos Gómez